"Porque nada cuento que no haya visto;
mis ojos han podido engañarme, pero
es bien cierto que yo no te engañaré
diciéndotelo".
Es impresionante cómo unas palabras colocadas en el sitio exacto pueden hacerte reflexionar tanto tiempo y provocar una emoción. Está claro que los grandes escritores son una especie de magos sobrenaturales y extraordinarios de las letras.
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