miércoles, 30 de agosto de 2017

"MZ" y "A A" más de cerca.


M Z” (2017). Mixing media on canvas, based on Go Nagai´s “Mazinger Z”. RAW photography converted to JPEG. Canon G16 6.1-30.5mm. 1.8-2.8 (ISO 80, F 4.0 1/8).


A A” (2017). Mixing media on canvas, based on Go Nagai´s “Mazinger Z”. RAW photography converted to JPEG. Canon G16 6.1-30.5mm. 1.8-2.8 (ISO 80, F 4.0 1/8).

martes, 22 de agosto de 2017

"M Z" y "A A": dos cuadros sobre mi infancia.


Pues esta fotografía es una imagen de mis dos últimos cuadros terminados: un proyecto personal titulado “M Z” (2017; técnica mixta sobre tela. 90x30x4 cms.), y A A” (2017; técnica mixta sobre tela. 90x30x4 cms. Los dos juntos, con una separación entre uno y otro de 4 cms., sería un total de 90x64x4 cms.).

Están colocados en el recibidor del piso, así que la gente que entra piensa que somos mi mujer y yo. Bueno, bien, ¡¿y por qué no?! Sin embargo, mientras los he pintado, he tenido presente el período de mi infancia en todo momento.




Los modelos

Queramos o no, la televisión forma parte de nuestra cultura popular, al igual que lo son los cómics, el Cine, la música, la literatura, el teatro, la radio... "Spiderman", por ejemplo, es uno de los grandes iconos de la cultura del siglo XX, creado por los maestros Stan Lee y Steve Ditko. Mi lejana infancia la pasé en gran parte leyendo cómics. La televisión nunca me ha gustado tanto, (¡y ahora mucho menos!); sin embargo, curiosamente uno de los recuerdos más poderosos que guardo de mi niñez es la figura de Mazinger Z


Uno de los bocetos a lápiz de Mazinger Z


Otro de los bocetos a lápiz, esta vez de Afrodita A


Al igual que les ocurre a muchos carcamales de mi generación, la serie de animación japonesa para televisión, “Mazinger Z”, basada en el manga japonés “Majinga Z” (1972; el año en el que yo nací), del genial Go Nagai, me marcó para siempre. La serie de televisión fue producida por Toei Animation en Japón (diciembre de 1972) y llegó a España seis años más tarde, siendo todo un éxito y una auténtica revolución para muchos de los que éramos niños allá por 1978. Y, al igual que pasa hoy día, también hubo una avalancha de cromos, muñecos, juegos, camisetas, caretas y demás “merchandising”. Como veis en las fotografías anteriores, tengo mis réplicas en plástico tanto de Mazinger como de Afrodita A en una repisa del salón de casa. ¡Me encantan!


Imagen vectorial a partir de uno de mis bocetos de Mazinger


Ese “recuerdo poderoso del que hablaba antes consiste en verme a mí mismo como al personaje de Shin-Chan del malogrado Yoshito Usui (que en paz descanse), a las tres y media de la tarde, después del aburrido y mortífero Telediario que tanto gusta a las personas mayores, sentado con los ojos muy abiertos delante del Telefunken (un televisor-trasto del año la pera), sintonizado en emisión VHF (porque por aquel entonces ya teníamos dos canales en España: el VHF y el UHF; tecnología punta, vamos…), y en aquella pantalla gris cóncava surgía la magia, aparecía una misteriosa piscina (no recuerdo bien si lo veía en color o en blanco y negro, aunque apostaría que era esta última la respuesta correcta…) y una voz, la de la gran actriz de doblaje, Julia Gallego (la voz de Koji Kabuto, el protagonista humano de la serie), una voz con mucha reverberación que gritaba – “¡Mazinger!”

Y, de repente, mis ojos se abrían más (como dice Jep Gambardella en “La Gran Belleza”, esa Obra Maestra del Cine de Paolo Sorrentino: - “… Yo estaba destinado a la sensibilidad…”). Es decir, confieso que siempre he sido una persona impresionable, emocional desde niño, y ver el agua de la piscina abrirse como en “Los Diez Mandamientos” era un espectáculo impresionante y, de pronto…, ¡sorpresa! Un monstruoso robot metálico aparecía con los ojos apagados, amenazante, que no sabías si era bueno o malo, como una imponente estatua griega de metal, un monolito invulnerable e  inerte, de diseño enigmático, que surgía de la nada. ¡Para mí, en aquel entonces, era algo mágico! Se erigía el Mazinger Z. "Ma" (que significa "demonio"), "Jin" (que significa "dios") y "Ger" (que significa "energía"). ¡Qué personajes, con esa mezcla de arqueología de la Antigua Grecia y la siempre atractiva cultura japonesa, tan bien diseñados! Go Nagai es un genio.


El gran Go Nagai con su creación más ilustre, el "Mazinger Z"

Y después venía el grito de – “¡Planeador abajo!. Y el planeador pilotado por Koji Kabuto bajaba, aparcando en el mismísimo cráneo del robot, al cual se le iluminaban los ojos y daba aún más miedo. Aunque más grima daba la música hortera de discoteca de los años 70 que sonaba a continuación, con un cantante estilo Raphael que ponía los pelos de punta. Algo horroroso, vamos. Pero en aquella época y con mi edad, todo estaba bien, todo era perfecto, todo tenía una fuerza extraordinaria. Más cuando veías que, a continuación, el colosal robot destruía en un santiamén a otro par de robots más terroríficos si cabe, los cuales estaban destruyendo casas y pisos de personas inocentes. Eso ya era otra cosa: era tranquilizador comprobar que el monstruo se había transformado en héroe y Koji Kabuto nos sonreía desde su planeador con las gafas de sol puestas. 

Desde mi modesto punto de vista, sin duda es uno de los mejores inicios de capítulo de serie de TV jamás creados, que permanece en mi memoria en el top de mi “ranking” junto con los comienzos de capítulo de “Los Simpsons”, “Twin Peaks”, “Breaking Bad” y “True Detective” con esa canción preciosa de The Handsome Family (¡eso sí que es música y no el vocinglero rompetímpanos de Raphael, que sólo es posible soportar cuando estás muy borracho, muy sordo, muy loco o todo a la vez!... Bueno, bueno… Calma... Que me desvío del tema…).


Mi imagen vectorial de Afrodita A


Hoy día tengo la serie de animación completa (los 92 episodios, los cuales no se emitieron en su totalidad en España, imagino que por la censura, no lo se…) y, ocasionalmente, me he animado a ver algún capítulo. ¡Aggh! ¡Es algo insoportable! Una pena. Confieso que sólo pude tragarme del tirón el episodio número 1 (los otros ya, con esta mentalidad de adulto que tengo, me resultan bastante irrisorios, sobre todo por culpa de un guión ridículo). El primer episodio aún conserva algo de fuerza y fascinación: es decir, cuando el profesor Kabuto muestra a su nieto Koji el Mazinger Z y éste comienza a dar sus primeros pasos es divertido. Es un momento lleno de humor y tiene cierto suspense, ya que ver un arma tan poderosa como el Mazinger Z en manos de un novato tenía su morbo. 


Una de las numerosas capas de los lienzos: gesso y pastel

Hablando de morbo: la serie de televisión tenía claros mensajes subliminales, y a veces, bastante directos, relativos al sexo. Por ejemplo, cuando Sayaka Yumi (la muchacha que pilotaba a Afrodita A) gritaba: - “¡Fuego de pecho!” y las dos tetas de Afrodita A volaban por el aire cual misiles explosivos para destruir a los malos… Ufff... Espectacular... Sí, sí… exacto… Nunca gritó Sayaka: - “¡Pechos fuera!”. Era Koji Kabuto quien gritaba: - “¡Puños fuera!”; porque el Mazinger podía lanzar sus puños como misiles… De ahí la confusión tan extendida… En fin... Una anécdota de tantas. Y, bueno, hay más, muchísimas más alusiones al sexo: no es difícil hallarlas a poco que nos esforcemos a analizar la obra de Go Nagai.

Además, la serie era bastante violenta si tenemos en cuenta las otras series de TV para todos los públicos que los niños consumíamos por aquel entonces: “Heidi”, “Marco”, “El Bosque de Tallac”… Todo era pura inocencia hasta que apareció este terrible robot de Super Aleación Z y derribó nuestro candor de golpe y porrazo.

Todo políticamente incorrecto. Como debe ser. Al menos en Arte, donde ningún tipo de censura tiene cabida. Ya sé, ya sé: para mucha gente es harto difícil comprender esto en estos tiempos homogéneos que corren. Decir al respecto que Einstein se quedó corto con su frase. El Universo no es tan grande, estoy seguro. Tanto no.


"A A" (detalle)

En el año 2004, Rocío, mi mujer, me regaló la colección completa de tomos del cómic completo de Go Nagai editada originalmente en Japón en 1972 y 1973, y editada en España en 2001 por Selecta Visión y Dynamic Iberia y… ¡vaya! ¡Qué sorpresa! Comprobé que el manga original era muchísimo más violento y explícito que la serie de televisión. Es de risa: si en 1978 ya hubo padres que protestaron por la serie, no quiero ni pensar en su reacción si hubieran leído el cómic… ¡Envío urgente de la Inquisición a Japón!

El recuerdo que yo tengo como niño al disfrutar de esta serie de TV es lejano y brumoso, de ahí la decisión formal de crear un fondo de pintura brumoso, pétreo, indeterminado, que rodea y cierra a los personajes, al estilo de Egon Schiele, uno de mis pintores favoritos de todos los tiempos y al que tuve la suerte de estudiar a fondo en mi carrera de Bellas Artes

En el fondo de la tela de Mazinger Z predomina el color azulMazinger surgía del agua de una piscina. El azul del agua, el azul del mar. El azul de los óxidos de cobre.


"M Z" (detalle)

En el fondo del lienzo de Afrodita A predomina el color rojo. En la mitología griega, Afrodita es la diosa del amor; representa el sexo, la lujuria, la belleza, el deseo sexualEl rojo de los óxidos de hierro. Como veis, la Geología siempre está presente en mi obra.

¿Por qué aparecen en una esquina del cuadro de "A A" los monstruos mecánicos del Dr Infierno – Doublas M2 y Garada K7? Bueno, digamos que son una representación de la maldad en el mundo. En definitiva, de todas las cosas que detesto. Aquí he utilizado un recurso de composición para presentar una simplificación bajo mi punto de vista de el ying y el yang. Las cosas que me gustan, las "cosas buenas" luchando contra las "cosas malas".

"Cosas buenas": La amplitud de miras, viajar, conocer, el buen sentido del humor, el sexo, la Música (¡la reina de las Bellas Artes!), la buena educación, el respeto a los demás, la Naturaleza con su humildad, su grandeza y su harmonía, la verdad, la sinceridad, la moderación, la sabiduría a la hora de valorar las cosas pequeñas, la Ciencia, las artes... Ese sería el "ying". 

Pero no existe el bien sin el mal. Las "cosas malas" que más detesto: el fanatismo, el radicalismo, la pusilanimidad, las anteojeras que muchos llevan puestas siempre, el ruido disfrazado de música, la contaminación que tantos problemas provoca en el sistema inmunitario de las personas, la grotesca fanfarronería, la mentira de los políticos y líderes religiosos, el partidismo y sus intereses ocultos, la corrupción, la injusticia, la falta de escrúpulos de nuestros dirigentes, que demuestran su brutalidad y falta de inteligencia con sus actos, pretendiendo manipular a las mentes débiles, manteniendo la falsedad de unas ideas a toda costa o una imposición de una religión de fantasía, sea la que sea, por encima de la realidad y defendiendo la mentira, por supuesto, que debe imperar sobre todas las cosas de manera insana y autodestructiva mientras produzca poder sobre el débil y dinero, mucho dinero, que es lo único que importa... Bueno, pues todo esas cosas malas están representadas por esas pequeñas y oscuras figuras giradas en una esquina, que son los monstruos mecánicos Doublas M2 y Garada K7, que serían el "yang".

Con cierta tristeza, compruebo en la actualidad que la maldad del Dr. Infierno, Barón Ashler, Conde Brocken & cía me parece infantil y muy naif teniendo en cuenta la realidad que conocemos en periódicos y telediarios, con tantos monarcas y presidentes de gobierno hipócritas, asesinos, psicópatas en el poder que hay, por ejemplo, en EE. UU., Rusia, Corea del Norte, Venezuela, Cuba, Arabia Saudí, Qatar, China, etc. Maldad infinita sin escrúpulos. En fin… La realidad siempre supera a la ficción. 

- “La maldad, el terror, Koji puede controlar…”, decía la letra de la canción del inicio de la serie. En esa esquina del cuadro están Doublas M2 y Garada K7 representando el Mal. Y ahí están, en pequeñito, girados noventa grados. No tienen importancia y serán vencidos. "Los malos" son seres insignificantes y miserables que no merecen ningún respeto. Y perderán. Eso espero. En los capítulos de “Mazinger Z” siempre ganaban "los buenos". Qué buena serie para evadirse. ¿Sucederá lo mismo en el mundo real? Ojalá.

El Amor siempre saldrá victorioso. Es otro de los mensajes que he querido dar con estos dos cuadros tan personales. Es de las poquitas cosas que valen la pena en este mundo tan marchito y tan loco con tanto Internet, tanto foro, tanto FaceBook y tanto Twitter. El Amor, ahí, con mayúsculas, es lo más importante. Bueno,  eso y una cervecita fresquita cuando se tiene sed (que dirían algunas personas sanotas a las que conozco y quiero). Personalmente, me siento muy afortunado en este sentido, no me puedo quejar en absoluto y creo que se está reflejando en mis últimas obras, sobre todo a la hora de utilizar el color, por ejemplo. Nunca he sido de usar muchos colores y, sin embargo, ahora echo mano de ellos de manera natural y espontánea. Y, lo dicho, afortunadamente, ahí está mi Afrodita, diosa del Amor que todo lo puede, incluso vencer a todos los “demonios” por  poderosos y cabritos que sean. El Amor puede con todo. Por eso decidí mostrar “esos demonios” de alguna manera en el lienzo donde está ubicada Afrodita A. El bien triunfando sobre el mal. El ying y el yang.

"A A" (detalle)

Como en todas mis obras, siempre hay alusiones directas e indirectas a mi vida personal pero la intimidad es algo que valoro mucho y, aunque ya sé que no se estila en estos tiempos de Internet y su exhibicionismo narcisista infantiloide de redes sociales y demás, a este respecto me reservo mis anotaciones en este blog y no voy a escribir nada. ¡Además, creo que ya he escrito demasiado! De todas formas, no hay nada especial a destacar que no sea los temas comunes que angustian a cualquier ser humano de a pie. El amor, la familia, la vida, la muerte, la enfermedad, la salud, la Madre Naturaleza, los recuerdos… En fin… Que no se preocupe nadie, que va sobre lo típico…


"M Z" (detalle)

Vamos con la técnica pictórica. La técnica utilizada es la habitual y con la que más disfruto: añadir capa sobre capa dejando pasar el tiempo ("la técnica geológica" de pintura, como yo la llamo…), echándole horas, paciencia, acrílicos, lápiz, acuarela, óleo, pastel, barnices, pigmentos naturales, sal gorda marina, arena, gesso, gouache, collage con papeles varios, imagen vectorial y látex

Algo que he hecho esta vez que es diferente es que cuando utilizo la sal sobre aguada con acuarelas y/o pigmentos naturales, después de haber dejado pasar unos días de secado, la retiro con la mano o un pincel suave. Sin embargo, esta vez decidí no hacerlo, cubriendo los cristales de sal con barniz. No sé exactamente qué va a ocurrir; es decir, si la sal terminará por evaporarse o no. Quizás el barniz protegerá los granos de la humedad. No lo sé y esa incertidumbre me gusta mucho. Veremos a ver qué pasa con estos robots y si el tiempo terminará por oxidarlos finalmente.


Detalle de la superficie de uno de los lienzos

Como siempre digo, una de las cosas que más me gusta en la pintura son los accidentes naturales (algo así como ocurre en Geología), disfruto mucho con la sensación de que no lo controlo todo a la hora de crear estas "pinturas fósiles", "pinturas minerales"; el dejar pasar los días para que una capa seque y, al regresar al estudio, sorprenderme con las manchas creadas, la cristalización, las texturas, las grietas que dejan ver lo que hay debajo y los desvíos, atajos y vericuetos tomados en la evolución del proceso creativo. Es muy estimulante que surjan problemas e ir resolviéndolos sobre la marcha. Como decía Bruce Lee (según el principio del Tao): "be water, my friend". Y eso es lo que procuro constantemente a la hora de enfrentarme a una pintura: ser lo más natural posible. Sobre todo, en el resultado final.

En definitiva, estos dos cuadros son fósiles de fastasmas (así, “fastasmas”, como a mí me gusta; que “fantasma” me cuesta trabajo y no me suena tan bien…), son excavaciones en el recuerdo efímero y, en el centro del lienzo, sólo ha quedado un dibujo desenterrado y deslavazado, con colores muy tenues. Por ejemplo, si se observan estas pinturas con poca iluminación, sólo se pueden intuir vagamente las siluetas blancas de las dos figuras principales. Son antiguas, han sufrido sus oxidaciones, sus lavados, sus destrozos físicos, sus cambios emocionales, sus mutaciones. Una decisión formal que tomé desde el principio, por ejemplo, es darle a las figuras de los dos robots una forma alargada, respetando las dimensiones de los lienzos, para conseguir un toque más espiritual y nostálgico: lógicamente, no estoy inventado nada con ésto; todos sabemos que El Greco ya lo inventó en el siglo XVI con el desarrollo de su estilo tan característico


En el proceso de creación de los "fastasmas"

El tiempo es siempre uno de los elementos que utilizo en todas mis pinturasY eso es lo que he pretendido hacer con éstas, mis versiones de los famosos robots del gran Go Nagai. Es también una obra muy personal, en una línea Pop-Art, en homenaje y agradecimiento a la creación del mencionado artista japonés. Y es un reflejo de cómo veo ahora a estos personajes, criaturas de un tiempo pasado y lo que representan: la nostalgia, un inútil intento por regresar a la infancia perdida que ya no volverá, el triunfo del bien sobre el mal, y del amor sobre todas las cosas. Son unas pinturas de unos simples robots, claro que sí, y lo más sensato hubiera sido no explayarme tanto aquí por tal menudencia, pero me he dejado llevar y, al fin y al cabo, el significado de los símbolos tiene un valor u otro dependiendo de los ojos que tratan de descifrarlos. 

Es de las cosas más bonitas del arte: la subjetividad de la mirada, porque todos como observadores somos importantes, seamos o no versados en la materia.

Bueno, espero que os gusten estas pinturas.

¡Saludos!