viernes, 16 de noviembre de 2018

Recomendación de lectura: mis 40 libros favoritos

Hoy, viernes 16 de noviembre de 2018, es el #DíaDeLasLibrerías y me he dicho: - “¡Oye! Pues voy a hacerle una foto a mis diez libros favoritos y la publico en las redes sociales”

Creo que se puede saber mucho de una persona conociendo la literatura que consume y que le ha marcado (de una u otra manera) en su vida. ¿No pensáis lo mismo?


El caso es que he fracasado en el intento y ha sido totalmente imposible quedarme sólo con diez: he ido sacando y sacando libros de las estanterías ¡y no podía parar! ¡Cuarenta libros al final! En fin… Y, de hecho, aún estoy buscando “El Forastero Misterioso” (1916), de Mark Twain, que es mi libro preferido de este autor aunque, por lo general, me encantan todas sus novelas. Y lo mismo me ocurre con el escritor Richard Matheson: ¿cuál elegir? ¿”El Increíble Hombre Menguante”? ¿”Soy Leyenda”? ¿”La Comedia de los Terrores”? En fin… difícil elección…


Entonces, al final, para seguir cierto criterio, he decidido que sólo mostraré en la fotografía mis libros favoritos y/o aquellos que he leído dos o más veces


Mis libros preferidos

Como digo, por desgracia “El Forastero Misterioso” no está en la imagen (ha desaparecido “misteriosamente”…). Así que, bueno, ahí va mi recopilación con unos brevísimos comentarios para cada libro. Quizás puede que a alguien le sirva como recomendación de lectura. Intentaré enumerarlos por orden de preferencia, pero seguro que me vuelvo a descalabrar en el intento, pues es algo muy complicado.

1- “El Retrato de Dorian Gray” (1890), de Oscar Wilde. Bueno, de este escritor añadiría toda su obra: sus obras de teatro, al igual que sus cuentos, son una delicia. Pero no cabe duda de que esta novela es la que más huella ha dejado en mi memoria. He perdido totalmente la cuenta de las veces que lo he leído. Recordar, de paso, que hay varias versiones cinematográfica de esta historia: la mejor con mucha diferencia, sin duda, la de 1945 del gran director Albert Lewin.

2- “El Principito” (1945), de Antoine de Saint-Exupéry. Este es uno de los libros más maravillosos que he leído nunca porque es muy especial. Me resulta curioso que siempre lo coloquen en las librerías en la “sección para niños”, cuando está claro que es para todos los públicos: niños, jóvenes, adultos, ancianos, extraterrestres… Otra novela que me sé casi de memoria.

3- “El Hombre Que Quiso Ser Rey” (1888), de Rudyard Kipling. Mi libro de aventuras favorito junto a “El Mundo Perdido” de Doyle. Es totalmente fascinante el viaje que emprenden Peachey Carnehan y Daniel Dravot. El ejemplar que tengo me costó trescientas veinticinco pesetas y es el dinero mejor amortizado del mundo: ¡he leído este libro muchas, muchísimas veces! ¡Muchísimas! Y no me canso. Por cierto: que también hay una magnífica película de John Huston, con Michael Caine y Sean Connery de protagonistas. ¡Muy recomendables, tanto la novela como el film!

4- “El Mundo Perdido” (1912), de Arthur Conan Doyle. Como ya he escrito anteriormente, esta es otra de mis novelas de aventuras favoritas por la fascinación que me provoca: imaginar ese lugar que no aparece en ningún mapa, en una altiplanicie perdida en la selva y encontrar una geología, una fauna y unas plantas prehistóricas o no conocidas por ningún ser humano me resulta algo terriblemente atractivo, más si está tan bien narrada como en esta novela de Doyle (escritor con el que me ocurre lo mismo que con Oscar Wilde: cualquier escrito que leo de ellos me atrapa sin remedio).

5- “Drácula” (1897), de Bram Stoker. Uno de las novelas más curiosas, románticas y  originales que he leído nunca, ya que utiliza una técnica indirecta de narración a través de diarios, cartas y notas de prensa, todo ello para darle veracidad a una historia fantástica. Toda una revolución en aquella época. Es una novela de terror sobre las novelas de terror. Una maravillosa obra maestra como lo es “El Quijote” de Cervantes. El Cine le dio más popularidad al personaje pero, sin embargo, he de decir que también lo ha vulgarizado en ciertos casos. Por eso recomiendo la lectura de esta novela: porque es un relato que sorprenderá muchísimo a aquellas personas que sólo hayan visto a Drácula en la pantalla grande.

6- “Frankenstein, o El Moderno Prometeo” (1831), de Mary Shelley. Pues eso, que hablando de la obra maestra de Stoker y “la mala imagen” que muchas veces le ha dado el Cine, también tengo que mencionar esta obra maestra de la Literatura algo maltratada por el Séptimo Arte. La novela de Mary Shelley es absolutamente impresionante; más que un libro de terror, diría que es un relato más entroncado con la Filosofía, la Moral y la Ética: es la historia de un científico, el Dr. Frankenstein, creando vida artificial; es la historia de la Criatura de Frankenstein que le pide explicaciones a “su creador” porque lo ha creado feo, monstruoso y por ello sufre y porque, ante todo y lo peor, se siente muy solo. Al no lograr el doctor curar la soledad de la Criatura, ésta se vengará de él, condenando al doctor al mismo desamparo. Una novela que es mucho más que una simple novela de terror: es maravillosa, romántica, extraordinaria y bellísima.

7- “Don Quijote de la Mancha” (1605 – 1615), de Miguel de Cervantes. Sí, así es: he tenido el privilegio de leer “El Quijote”. Pero de verdad, nada de boquilla, que pareciera que queda muy bien eso de decir "pues yo he leído El Quijote...". Y, curiosamente, al margen de celebraciones oficiales, fomento de su lectura, politiqueos varios y demás, me lo pasé bomba leyéndolo. Es uno de los libros más divertidos que he leído nunca, sobre todo la primera parte, ya que la segunda (más compleja) se dirige hacia un tono más crepuscular hasta que llega la inexorable Parca. Además, por el camino se descubren palabras y frases, ¡un montón de frases y refranes!, que utilizamos en nuestra Lengua Española a diario y que tienen su origen aquí. Por todo ello, al margen de todo lo que se ha dicho y escrito sobre esta obra, yo os recomiendo que os acerquéis a ella sin ningún miedo y sin ningún tipo de prejuicios: ya veréis que la vais a disfrutar.

8- “El Viejo y el Mar” (1952), de Ernst Hemingway. Otra novela que es mucho más que un simple relato de aventuras. Es un claro ejemplo de que para escribir un buen libro no es necesario un vocabulario rebuscado ni frases enrevesadas. Su estilo es simple y lineal; un cuento crudo, sobrio, dramático, valiente, muy duro, con las palabras justas y necesarias…; una lucha del ser humano en soledad contra los elementos naturales. La voluntad de triunfar y de superar obstáculos, donde lo importante no es ganar la batalla, sino librarla y que quede constancia de que uno ha luchado. Para mí es una obra maestra del minimalismo literario.

9- “1984” (1948), de George Orwell. Le pasa a esta obra maestra de la Literatura como a las obras del genial Julio Verne: que fueron visionarias, que inventaron avances científicos que aún no existían o previeron modelos sociales que perfectamente se podrían aplicar a la actualidad. Por ejemplo, esta novela es más que una simple novela de ciencia-ficción (se podría decir que es de política y sociedad, más bien…), la cual resulta muy atractiva e inquietante porque pareciera predecir el destino de la actual sociedad contemporánea, donde todos tendemos a pensar igual (si no eres el raro y ser libre es muy peligroso para los que nos gobiernan y controlan…), donde todo pensamiento es cada vez más homogéneo, siguiendo todos las mismas modas, las misma estética para buscar la aceptación mayoritaria dictatorial del “Me Gusta” en FaceBook, donde las redes sociales se han convertido en ese “Gran Hermano” controlador, sombrío y omnipresente, un engranaje cruel que todo lo ve, que todo lo escucha y que todo lo dispone, y donde no hay cabida para el disfrute de la intimidad. Es, en definitiva, un lúcido análisis sobre el poder y de las relaciones de dependencia que crea en los individuos. ¡En fin, una novela extraordinaria y necesaria!

10- “Hamlet” ( ¿1599 – 1601?), de William Shakespeare. Todas las obras que he leído de Shakespeare me han gustado en mayor o menor medida, pero ésta es mi favorita. También disfruté mucho con “El Rey Lear”, “Otelo: el Moro de Venecia”, “Sueño de una Noche de Verano”, etc. Aconsejo lo que yo hago previa a una lectura de Shakespeare: en un folio a parte me apunto en un diagrama de árbol todos los personajes que van apareciendo en la obra, los vínculos y las relaciones existente de unos con otros, lo cual facilita mucho una lectura fluida.

11- “El Duelo” (1908), de Joseph Conrad. Esta es una de mis novelas favoritas de Conrad, poco conocida si la comparamos con “El Corazón de las Tinieblas” (que también está en esta lista). Sin embargo, este librito que me costó cuatrocientas pesetas allá por el 1995, es el que más veces me he leído de este autor. Se podría decir que es otro libro de aventuras (mi género literario favorito), pero que podría recomendarse en cualquier Universidad de Psicología al estudiar la estupidez del ser humano y su manía de estar siempre en guerra por cualquier chorrada.

12- “Tres Sombreros de Copa” (1932), de Miguel Mihura. Si con algún libro me reído, ha sido con éste y, en general, con cualquiera de las obras de teatro escritas por Mihura. Además, que lo lees hoy día y sigue siendo una obra fresca, original, muy divertida, con humor absurdo y universal, pero, eso sí, sin huir de la crítica social. Una delicia de lectura que recomiendo a todo el mundo.

13- “Oliver Twist” (1838), de Charles Dickens. ¡Qué difícil es elegir una novela favorita de Dickens! ¡Tiene tantas y tan buenas todas! Pero bueno, al final me he decidido por ésta, la cual tiene todos los ingredientes típicos del autor: realismo, ironía, sarcasmo, crítica a la desigualdad social, a la hipocresía de la clase alta, al sistema judicial, etc. Una obra que nunca pasa de moda. ¡Es indispensable totalmente leer a Dickens!

14- “Las Mil Y Una Noches” ( ¿? ), -anónimo-. Es uno de mis libro de cabecera. Vamos, literalmente. Vaya, que lo tengo siempre en mi mesita de noche y cuando me apetece divertirme leyendo un cuento, acudo a él. Es una recopilación de cuentos tradicionales de Oriente Medio de origen medieval. ¡Y son asombrosos, llenos de historias fantásticas, crueles, eróticas y de una frescura envidiable! Es increíble pero sus historias siempre sorprenden. Un libro peculiar, extraño y fascinante.

15- “Orgullo y Prejuicio” (1813), de Jane Austen. Esta novela la leí hace unos meses y aún sigo pensando en ella. Es alucinante el retrato tan medido al milímetro que hizo Jane Austen del ser humano y sus complicadas relaciones (muchas veces “la complicación” proviene de nosotros mismos y no de los demás; el orgullo es una barrera que nos autoimponemos a modo de máscara para ocultar nuestros verdaderos sentimientos, por ejemplo). O los prejuicios que nos formamos de otra persona de buenas a primeras tan sólo por su aspecto externo… Una descripción de la época victoriana inglesa muy sutil y rica, con diálogos con mucha fuerza y chispa, y, como digo, un análisis exhaustivo de las relaciones humanas con las que no hace falta ser psicólogo o sociólogo para disfrutarlo. ¡Magistral!

16- “La Tía Tula” (1921), de Miguel de Unamuno. Otro autor que tiene un gran montón de buenas novelas y que, al final, me he quedado con ésta casi que forzándome a decidirme por una. Refleja muy bien una sociedad y, sobre todo, el mundo de la mujer, la cual sufre la represión sexual, la represión religiosa y tantas tonterías que nos autoimponemos los absurdos seres humanos para hacernos la vida a todos más difícil si cabe. Y todo narrado con el inigualable estilo de Unamuno. Indispensable cualquier obra de este autor.

17- “Rimas y Leyendas” de Gustavo Adolfo Bécquer (1836 – 1870). Otro de mis libros de cabecera, con poemas y cuentos magistrales, muy conocidos por la gente de mi generación porque nos obligaban en el colegio a leer este libro. Sin embargo, a pesar de la obligación (estoy en contra de obligar a leer libros, pero sí a favor de recomendar y que el potencial lector elija), es un libro al que he acudido una y otra vez. Hay poemas preciosos y que sabemos muchos de memoria. Y hay cuentos excelentes, muchos de ellos terroríficos con los que no puedes evitar que los pelos se pongan de punta. Un libro mágico al que le tengo muchísimo cariño.

18- “Viaje al Centro de la Tierra” (1864), de Julio Verne. Otro de mis libros de aventuras favorito y con el que he soñado muchas veces con ser uno de sus  protagonistas. Por eso aquí añado el libro “Guía de Minerales y Rocas” (1977), de Arnoldo Mondadori Editore, Milán (de la editorial Grijalbo en España) el cual me compró mi padre allá por el año 1980 y que fue mi primer libro sobre Geología. Desde entonces, soy coleccionista aficionado de minerales y rocas. Como digo, siempre imaginé que yo era Axel, el sobrino del doctor Otto Lidenbrock que lo acompaña, junto a Hans, el guía islandés, al centro de La Tierra, y que disfrutábamos contemplando las maravillas ocultas en el interior de las capas terrestres, descubriendo aquí y allá belleza geológica impresionante y nunca vista por nadie. Viajar con la imaginación es posible y he aquí un ejemplo de ello.

19- “Groucho y Yo” (1959), de Groucho Marx. Como siempre digo, mis dos filósofos favoritos del siglo XX son: Homer Simpson y Groucho Marx. Este es un libro de las memorias de uno de los mejores cómicos que jamás haya existido. Hoy día, donde reina la falta de sentido del humor,  la homogeneidad de pensamiento y la mojigatería, Groucho Marx sería calificado de políticamente incorrecto y borrado de la faz de este planeta Tierra tan gris y lleno de mediocres. Afortunadamente, existe este libro, y mientras la inquisición gubernamental del “Gran Hermano”, o Jorge de Burgos de “El Nombre de la Rosa” o los bomberos de “Fahrenheit 451” no se vuelvan reales y se percaten de ello, seguiré disfrutando de él. Es pura diversión.

20- “Platero y Yo” (1914), de Juan Ramón Jiménez. Sí, he pasado de “Groucho y Yo” a “Platero y Yo”. De un libro lleno de humor a uno lleno de belleza y sensibilidad, de realismo sin adorno ninguno, sencillo, esencial. Como ocurre con “El Principito”, es una literatura necesaria para la infancia porque está llena de ternura, fundamental si no queremos que sean "unos asalvajaos" cuando lleguen a edad adulta. Es una novela realista y diáfana. Por cierto, que ya ha pasado mucho tiempo… Pronto tendré que volver a leerla.

21- “El Vendedor de Naranjas” (1961), de Fernando Fernán-Gómez. Un libro magistral de un artista total, renacentista, inimitable e inigualable. Todo lo que hacía (dirección de Cine, interpretación, poesía, narrativa, periodismo, televisión, etc.), lo hacía magistralmente perfecto. Y esta divertidísima novela está ambientada en los medios cinematográficos que tan bien conocía él, llenando la aventura con su conocida ironía, sátira, amor por el Cine, sabiduría y mala leche. En definitiva, un libro magistral de un gran maestro.

22- “Como Hice Cien Films en Hollywood y Nunca Perdí Ni Un Céntimo” (1990), de Roger Corman. Hablando de Cine y maestros de la cinematografía, aquí os presento otro de mis libros favoritos. Es un libro muy ameno escrito por Roger Corman, uno de los directores y productores de Cine más interesantes y peculiares de la Historia. Él fue quien descubrió a directores como Martin Scorsese, Francis Ford Coppola (por cierto: que Corman tiene un breve cameo en “El Padrino”) o Jonathan Demme (el director de la celebérrima "El Silencio de los Corderos"); o actores como Robert De Niro o Jack Nicholson, entre otros. Aquí Corman cuenta como comenzó su carrera de mensajero en la Fox hasta sus obras de Cine de Serie B, donde tenía irrisorios presupuestos, rodajes que duraban pocos días (como mucho un par de semanas…), gastando lo menos posible en la producción cinematográfica pero recaudando muchísimo en taquilla, todo a base de imaginación, buen hacer, sentido del humor, inteligencia, frescura, ingenio y talento. Si te gusta el Cine, no te puedes perder este libro: ¡imprescindible!

23- “La Guerra de los Mundos” (1898), de Herbert G. Wells. Otro que me ha costado decidirme por una de sus novelas en concreto… Pero, finalmente, he decidido esta sobre “La Máquina del Tiempo” (la cual adoro) y “El Hombre Invisible” (magnífica también). Es una novela de ciencia-ficción de la época victoriana (ya se ve en la lista que me encanta la Literatura anglosajona del siglo XIX – principios del XX), emocionante, de aventuras con algunas dosis de terror, muy amena, donde se refleja muy bien lo que es la condición humana y con un final inesperado y brillante. Todo un clásico.

24- “Otra Vuelta de Tuerca” (1898), de Henry James. Reconozco que las historias de fantasmas me dan mucho miedo. Y con una de las novelas que más miedo he pasado ha sido con esta del gran Henry James. Tiene todos los ingredientes típicos de un relato de terror: una niñera joven que llega a una gran mansión misteriosa para cuidar a dos niños huérfanos, visitantes extraños, etc. Imposible evitar que el pelo se te erice. Una gran novela de terror.

25- “Bola de Sebo” (1880) y “Pedro y Juan” (1888), de Guy de Maupassant. Este es un libro que compré en una librería de libros de segunda mano y que contiene la novela “Pedro y Juan” y el cuento “Bola de Sebo” (cuento en el que, por cierto, se basó el gran director de Cine John Ford para dirigir y escribir “La Diligencia”, una de sus primeras obras maestras del Cine). El estilo de Maupassant es de un auténtico cirujano: mientras lo lees piensa que el escritor seleccionó y colocó cada palabra en su sitio justo y correcto, pero sin abandonar una aparente sencillez. Escritos de este tipo ya se disfrutan muy pocos en la Literatura Contemporánea, así que lo recomiendo fervientemente. Son obras de auténtica artesanía literaria.

26- “The Melancholy Death of Oyster Boy & Other Stories” (1997), de Tim Burton. Este libro abarca unos veintitrés cuentos cortísimos del conocido director de Cine Tim Burton, con dibujos de él mismo, todos ellos con su sello personal; es decir, con personajes llenos de ternura, horror, patetismo, crueldad, drama y tono oscuro propio del estilo gótico del autor de la magistral “Eduardo Manostijeras” o “Ed Wood”. Una rareza que compré cuando vivía en Manchester (me costó trece libras) y que me encanta.

27- “Moby Dick” (1851), de Herman Melville. Recuerdo que primero vi la película de John Huston (la buena, la de 1956), con Gregory Peck como protagonista (interpretaba al enloquecido capitán Ahab). Yo era muy pequeño (sería allá por los años ochenta, en la época del proyector de Súper 8) y me impactó mucho: en algunos momentos pasé miedo y todo. Mi contacto con la novela fue tardío: fue en el año 2003 cuando comencé a leerla. Y me sorprendió muchísimo porque he aquí otro enésimo ejemplo en el que el Cine no le ha hecho mucho bien, al igual que ocurre con “Frankenstein” de Mary Shelley o “Drácula” de Bram Stoker. La novela de Melville es un relato de aventuras, sí, pero es mucho más que eso. Fue como redescubrir algo que ya creía conocido. Y nada más lejos de la realidad. Una obra maestra de novela que recomiendo a todo el mundo. Tiene muchísimas páginas pero valen la pena todas y cada una de ellas.

28- “La Metamorfosis” (1915), de Franz Kafka. Este es uno de los libros más curiosos, enigmáticos, fascinantes y especiales que haya podido leer nunca. Ya nada más comenzar te coge por el cuello y te arrastra: “Al despertar Gregorio Samsa una mañana, tras un sueño intranquilo, encontrose en su cama convertido en un monstruoso insecto…”. Un texto extraño y alucinante, muy agobiante, lleno de metáforas y alegorías inquietantes. Otro libro mágico e inolvidable una vez lo lees. Este tenéis que leerlo sí o sí.

29- “Sangre es el Nombre del Amor” (1986), de José María Latorre. En los años 90 leía todos los meses la revista sobre Cine titulada “Dirigido Por”. Algunas veces también compraba el “Fotogramas” y “Cinemanía”, pero nada como “Dirigido Por” si querías saber sólo y exclusivamente de Cine (y no de la vida privada de los actores y actrices, que a mí plin: nunca he apreciado el periodismo rosa; más bien, siempre lo he detestado profundamente…). Y en “Dirigido Por” descubrí a unos cuantos críticos de Cine que me gustaron. Sobre todo, uno de ellos al que le encantaba el Cine de Fellini, la música de Nino Rota y elogiaba películas australianas como “Picnic en Hanging´Rock” y “La Última Ola”, de Peter Weir, o las primeras obras del maestro Terence Fisher para Hammer Films. Este crítico de Cine se llamaba José María Latorre y descubrí que también escribía novelas. Y esta “Sangre es el Nombre del Amor” es de las primeras que cayeron en mis manos. ¡El impacto fue brutal! Al igual que con otras de este autor de Zaragoza como “School Bus”, “Miércoles de Ceniza”, "Huida de la Ciudad Araña", etc. Automáticamente, se convirtió en mi escritor español vivo favorito. Desgraciadamente, el gran José María Latorre falleció el 14 de noviembre de 2014, de lo cual me enteré tarde. Aún recuerdo unos correos electrónicos que intercambiamos (por algún sitio los tengo que tener guardados, pues los imprimí para guardarlos de recuerdo). Yo le denominé “la Isla de la Literatura Española, porque fue un autor que no seguía ninguna moda, que tenía un estilo muy personal y propio, con un marcado carácter y que, sobre todo, era muy buen escritor. Uno de mis escritores favoritos de todos los tiempos y al que, sin conocerlo personalmente, le tenía especial cariño. Descanse en paz, maestro.

30- “El Manuscrito Encontrado en Zaragoza” (1804), de Jan Potocki. Y hablando de Zaragoza y de Literatura inclasificable, a contracorriente y rara. He aquí un ejemplo claro, como muchas novelas de José María Latorre. Al igual que “Sangre es el Nombre del Amor”, esta obra de Potocki es extraña, angustiosa, terrorífica, fascinante y nada fácil de leer (a mí me costó trabajo, desde luego que lo reconozco). Está compuesta de varias historias que se entremezclan; una serie de leyendas donde se combina el esoterismo, lo macabro, lo fantástico, el horror, el ocultismo, la cábala y la hechicería, todo en la España que luchaba contra la invasión de las tropas napoleónicas. Si hay libros únicos y extraordinarios, este es uno de los más brillantes, aunque sí es verdad de que no es apto para todos los paladares.

31- “La Caza del Carnero Salvaje” (1982), de Haruki Murakami. Esta novela la leí hace unos meses y me quedé totalmente enganchado al universo de Murakami. Es increíble como este escritor, con ese estilo tan aparentemente simple y con ese ritmo pausado y tan propio del lejano oriente, consigue atraparte con una facilidad pasmosa y una vez que comienzas a leer no se puede parar, es imposible. ¡Es literatura adictiva! Con este libro, ya he leído cuatro novelas de Murakami. Por ahora, de todas ellas, con ésta es con la que más he disfrutado, quizás porque tiene mucho de aventura, de viaje hacia lo desconocido, con toques de novela de terror, de misterio, toques de humor negro, drama… Está todo perfectamente cocinado. De verdad, parece que este escritor es un mago, un hechicero de Satanás o algo así. Inolvidable y magnífica novela.

32- “El Corazón de las Tinieblas” (1899), de Joseph Conrad. Pues ahí va otro libro de aventuras que no es tan sólo eso. Esta es la novela en la que se inspiró la obra maestra del Cine de Francis Ford Coppola titulada “Apocalypse Now”. El viaje del capitán Marlow (el civilizado) a través del río Congo buscando a Kurtz (derrotado por el mundo primitivo, terrible y misterioso) es narrado con realismo y tensión. Pero como digo, además es un análisis del ser humano bastante profundo, sobre las emociones, motivaciones, miedos, angustias, soledades… Y todo rodeado de una Naturaleza acechante y poderosa, siempre más fuerte que nosotros, pobres mortales. La película de Coppola es buenísima, pero recomiendo también leer este libro aunque sea una vez en la vida.

33- “El Arte de la Guerra” (¿ siglo IV a.C. ?), de Sun Tzu. No es el género bélico mi favorito en Literatura (ni mucho menos); más bien todo lo contrario. Sin embargo, sí que soy un amante de la estrategia y la táctica, sobre todo de esta última, y he jugado a muchos juegos de mesa (empezando por los celebérrimos y clásicos juegos abstractos como el ajedrez y el GO; y terminando por los juegos de sociedad modernos como “Twilight Struggle”, “Blood Bowl”, “Space Hulk” y demás juegos de marcado carácter táctico). Este libro de Sun Tzu es, según los expertos, el primer tratado conocido sobre el tema de la guerra, y nunca ha sido superado en cuanto a la profundidad de su comprensión. Digamos que es una lectura similar a otro clásico como es “Tao Te King” de Lao Tse; es decir, es un concentrado de sabiduría y filosofía en lo que concierne al modo de actuar y conocer el entorno que te rodea y que se pudiera aplicar a cualquier situación en la vida. Son maneras claras y profundas de ver un problema y resolverlo y que, a pesar de los años transcurridos, son totalmente vigentes.


34- “El Gato Negro” (1843), de Edgar Allan Poe.

35- “En las Montañas de la Locura” (1936), de H. P. Lovecraft.

Me encantan los cuentos de terror de Edgar Allan Poe. Me apasionan. Está claro que un autor magistral como H. P. Lovecraft es fundamental para entender algunos aspectos importantes de la Literatura, del Cine y de la Cultura (en general) posterior a él. Pero, a su vez, una de las grandes influencias en la obra de H. P. Lovecraft fue Edgar Allan Poe. Los cuentos de terror de Poe, con esas casas grandes y misteriosas, con habitáculos cerrados y angustiosos, amores fúnebres, necrófilos, ambientes románticos (de verdad) con tormentas enormes, copiosas lluvias, mares oscuros y embravecidos por el loco viento, cementerios, muertos que vuelven a la vida, sangre y, en definitiva, esa literatura tan claustrofóbica es marca de la casa de Poe, erizándote los pelos sin poder evitarlo al chocarte frontalmente con esos finales llenos de horror y lejos de toda lógica, de los sentidos y de toda naturaleza. Bajo mi punto de vista, Edgar Allan Poe fue el inicio del género del Terror Gótico puro (en particular) y del género del Terror moderno (en general); y después vino H. P. Lovecraft, el cual creó su propio mundo (al igual que lo hiciera Tolkien con sus elfos, orcos, enanos, humanos, ents, goblins, etc.); un mundo entre el género del terror y la ciencia-ficción, el género del “horror cósmico, con un gran puñado de relatos cortos interconectados entre sí que dan pinceladas de la historia de los Primigenios, Los Antiguos y demás seres inconcebibles por la mente humana y que habitaron La Tierra antes que los propios dinosaurios, y que duermen ocultos en las profundidades de tinieblas esperando su momento para reaparecer y establecer el caos, la destrucción y la muerte. A partir de estos dos pilares, Poe y Lovecraft, de estos dos creadores de mundos propios, surgieron muchos otros autores interesantes (como se puede ver, por ejemplo, en “Los Mitos de Cthulhu”).  “El Gato Negro”, “El Entierro Prematuro”, “Los Hechos en el Caso del Señor Valdemar”, “El Corazón Delator”, “El Tonel de Amontillado”, “El Pozo y el Péndulo”, “Berenice”, “La Caída de la Casa de Usher”… Todos estos cuentos de Edgar Allan Poe son auténticas obras de arte dignas de admiración y reivindicación. Y de H. P. Lovecraft elegí “En las Montañas de la Locura” sencillamente porque, personalmente, me parece su mejor novela, para mí absolutamente fascinante quizás por ese punto de partida y desarrollo aventurero que tiene (una expedición que viaja a un lugar remoto de la Antártida, el cual esconde un ominoso secreto terrible que está latente y que no debe ser revelado por ningún ser humano), lleno de apuntes de Geología real (¡qué tanto me gusta!) y el ritmo lento in crescendo tan interesante y magnífico que posee hasta el final. Imagino que muchos ya sabéis que la película “La Cosa” (1982), del maestro John Carpenter, está basada en esta novela.

36- “El Extraño Caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde” (1886), de Robert Louis Stevenson. Otra novela que se podría considerar simplemente una novela de terror pero que no es así. Para mí, es un libro de Filosofía, que describe la eterna lucha entre el Bien y el Mal, entre el Ángel y el Demonio que todos llevamos dentro, entre la Ciencia y la búsqueda de sus objetivos a toda costa y la barrera de la Moral y la Ética. La escritora Mary Shelley planteaba algo muy similar en su obra maestra “Frankenstein y el Moderno Prometeo”, al cual también considero otro libro de Filosofía, Ética y Moral. Obras que ponen en relieve la condición humana a través de la fantasía para derribar la mentalidad convencional y aburrida de la realidad cotidiana. La obra de Stevenson trata sobre la ambigüedad moral del ser humano, de la esquizofrenia, todo ello regado con suspense, expresividad, con las palabras justas, sin adornos y con una calidad literaria que ya es raro encontrar en los libros modernos. Un pequeño gran libro al que, por cierto y lamentablemente, tampoco el Cine ha hecho mucha justicia que digamos.

37- “Mi Tío Oswald” (1979), de Roald Dahl. Este autor tiene novelas muy interesantes y, aunque se oriente su literatura al público infantil, cualquiera de sus relatos también deberían ser leídos por adultos. Bueno, en el caso de “Mi Tío Oswald”, es literatura directa y exclusivamente para adultos. Al igual que el género bélico, tampoco soy seguidor del género erótico, pero reconozco que esta novela de Roald Dahl me divirtió muchísimo. Describe la vida del legendario tío Oswald, un millonario donjuán infatigable, cuya vida amatoria supera con creces a la del mismísimo Casanova: el tío Oswald es “el mayor fornicador de todos los tiempos, gracias a los polvos extraídos de un escarabajo sudanés con el que inventa unas píldoras afrodisíacas. Con ello, monta un banco de esperma perteneciente a celebridades. Así, las acaudaladas clientas acudirán a dicho banco para tener retoños con “pedigree”. En fin, un libro locamente divertido, políticamente incorrecto, irreverente, ingenioso, con una narrativa fluida marca de la casa de Dahl, con humor negro y mala leche. Literatura de evasión en estado puro pero sin caer en el humor fácil, ramplón y soez.

38- “El Sabueso de los Baskerville” (1902), de Arthur Conan Doyle. De las novelas protagonizadas por Sherlock Holmes (¡una de mis grandes debilidades, lo reconozco!), esta es mi favorita. Me ha costado trabajo porque “Estudio en Escarlata” también me atrae por igual. De “El Sabueso de los Baskerville” destaco ese ambiente propio de las novelas románticas (de verdad, no las “romanticonas”, que son otra cosa muy distinta) y de misterio; es decir, clima lluvioso y desapacible, con los singulares páramos ingleses de Dartmoor (los cuales conozco personalmente porque estuve allí paseando un rato durante mi estancia en Inglaterra) tan característicos, la neblina en el suelo, el barro y los árboles con ramas amenazantes despobladas de hojas, la aparición de un perro diabólico y sobrenatural, la maldición que pesa sobre la familia de los Baskerville. En fin, todo un relato enigmático en el que te zambulles sin mucho problema y que lo disfrutas con mucho, muchísimo placer.

39- “Sin Noticias de Gurb” (1991), de Eduardo Mendoza. De los libros que he leído del genial Eduardo Mendoza, este no es el mejor, no, pero es con el que más me he reído. Ya el planteamiento inicial de la novela lo dice todo: un extraterrestre en la Barcelona poco antes de las olimpiadas que puede adoptar todas las formas que quiera, se pierde en la gran ciudad para tomar datos de los humanos (e interpretarlos a su manera) y adaptándose el pobre lo mejor que puede y sabe para sobrevivir a duras penas, dando lugar a situaciones realmente divertidas y desternillantes. Pero, afortunadamente, no es un humor fácil ni “politiquero”, sino un humor universal, satírico y con doble lectura, muy fresquito y extravagante. Muy recomendable para todo el mundo, ideal para iniciarse en la lectura y disfrutar.

40- Lo dicho, aquí estaría “El Forastero Misterioso” (1916), de Mark Twain (cuando un misterioso y bellísimo chico llamado Satanás aparece en un pueblecito biempensante de Austria llamado Eseldorf estalla una revolución de sucesos encadenados, a cual peor…); y alguno de Richard Matheson como, por ejemplo, “Soy Leyenda” (1954), que afortunadamente no tiene mucho que ver con las horrorosas versiones cinematográficas que se rodaron recientemente con Will Smith y compañía (¡vaya tela; qué falta de respeto! ¡Ya les vale a estos de Hollywood, ya...!).

En fin, al final me he enrollado como una persiana, como me suele pasar cuando un tema me gusta: la Literatura, el Cine, la Música, el Dibujo, la Pintura… Podría estar escribiendo páginas y más páginas sin descanso. Pero voy a descansar, que ya toca.


¡Un saludo a todos y a leer muchos libros!  ;-)

lunes, 12 de noviembre de 2018

Stan Lee: el Hesíodo del siglo XX

Hoy lunes, 12 de noviembre de 2018, es un día muy triste para el mundo del cómic (en particular), y para la Cultura (en general).

Ha fallecido Stan Lee, el Hesíodo del siglo XX.

Descanse en paz.

viernes, 2 de noviembre de 2018

Octavio Paz y el sentido de la vida

Una foto que he hecho de un libro que estoy leyendo ahora, donde aparece una bonita frase del poeta Octavio Paz, la cual te hace reflexionar:


¡Hala!; vamos a pensar en esta frase y a llevarla a la práctica. Estoy seguro que, así, este mundo mejoraría.

Saludos.