miércoles, 24 de octubre de 2018

Somos poquita cosa

Si estudiamos Geología y/o Astronomía, o a poco que nos interesen estas ciencias a nivel aficionado, nos sorprenderemos y cambiará para siempre nuestra forma de ver la vida porque nos sentiremos pequeños, muy, muy pequeñitos. MUCHO.


"¿Qué es el ser humano comparado con las rocas y las montañas?"; escribió la maravillosa escritora Jane Austen en su novela "Orgullo y Prejuicio", una obra maestra de la Literatura y uno de los mejores libros que he leído nunca.

¿Y cuál podría ser la respuesta? 
Pues, está claro: nada de nada. Muy poca cosa.

El planeta Tierra es un grano diminuto en un inmenso desierto de arena; y en ese grano de silicio y agua pululamos los seres humanos haciendo de las nuestras (normalmente, putadillas, cargándonos poco a poco dicho planeta de una u otra manera...). Y ya está; todo esto simplificando mucho. 

Por eso me da la risa floja tanta vanidad, tanto exhibicionismo y tanta vanagloria del "YO" en las redes sociales. La chocante celebración popular del egocentrismo. Es sorprendente y un verdadero fenómeno sociológico y psicológico que tengan tanto éxito fotografías de éste individuo o de aquella señorita, o que nos cuenten que les duele un tobillo o que se ha pintado el pelo color banana y, en general, es todo un sinsentido muy ridículo y preocupante, al mismo tiempo, porque se está perdiendo el espíritu crítico (ahora ya automáticamente etiquetado con el celebérrimo anglicismo "hater", tengas o no tengas idea de inglés...; ¡hala!, ahí va eso y va que chuta...) y las imágenes e ilustraciones de buena calidad se están perdiendo en un maremágnum de mediocridad, y son cada vez más difíciles de localizar y disfrutar. Es algo muy triste pero es lo que está sucediendo.

 Creo que la solución, además de ir abandonando estas redes poco a poco, como en muchos otros casos de dispersión en los que estamos sumergidos, sería la educación, pero está difícil la cosa... ¡Por nada en el mundo quisiera ser profesor en estos tiempos materialistas y consumistas que corren! ¡Qué sufrimiento! ¡Y qué horror!

¡Saludos y a seguir disfrutando de los buenos libros!