viernes, 23 de octubre de 2020

La Naturaleza es la mejor de las artistas: Málaga y sus minerales (I)

 Se atribuye a Rembrandt la frase "elige sólo una maestra: la naturaleza". O al filósofo San Agustín aquella de "la naturaleza es la mejor maestra de la verdad". Y también otra de autor desconocido y, probablemente, la que más me gusta, que dice algo así como "si el artista sólo copiase a la naturaleza, el mejor artista sería el espejo".

Microcristales aciculares de malaquita sobre cuarzo (Málaga, España)

Todas estas frases y reflexiones son las que me vienen a la cabeza mientras disfruto fotografiando con mi barato microscopio electrónico AndonStar USB de 2 megapíxels unas antiguas (de finales de los 80) muestras de minerales, en concreto una serie de típicos carbonatos de cobre de la provincia de Málaga que, de mi colección, son a las que más cariño y aprecio tengo, sobre todo por los recuerdos que me traen de sus excursiones al aire libre. Sin lugar a dudas, soy el tío más feliz del mundo cuando me cuelgo una mochila a la espalda y me pateo el campo durante kilómetros y kilómetros observando la naturaleza con muchísimo detenimiento (¡incluso se me olvida hasta beber y comer! ¡Tal es el grado de ensimismamiento al que llego!).

Muestra de la que he tomado estas pequeñas fotografías

Recomiendo el libro "Minerales y rocas de la provincia de Málaga", del geólogo Juan Carlos Romero Silva. Con ese libro, unos cuantos mapas y ganas de caminar por el campo, os aseguro que disfrutaréis al contemplar estos mismos minerales e incluso mejores, que seguro que tenéis mejor vista que un servidor.

Cristales de azurita y malaquita sobre cuarzo (Málaga, España)

Y es que la naturaleza de Málaga, sus fenómenos geológicos y sus recursos mineralógicos tienen una gran importancia porque forman parte de nuestro patrimonio histórico que debe ser conocido por todo el mundo, de objeto de investigación científica, de desarrollo industrial de la provincia y, también en mi caso concreto y por qué no, a la hora de coleccionar, divulgar y, sobre todo, buscar inspiración y creación artística a través de la contemplación de su gran belleza.

Cristales de malaquita (Málaga, España)

Ya en el puro plano mineralógico, tanto la malaquita (de color verde esmeralda) como la azurita (de color azul intenso) son carbonatos de cobre con una fórmula química muy similar: Cu3 (OH|CO3)2 para la azurita y Cu2 [(OH)2|CO3] para la malaquita (es decir, los dos contienen átomos de cobre, hidrógeno, oxígeno -molécula de agua- y carbono). Cristalizan de igual manera (sistema monoclínico) y tienen propiedades físicas muy similares. Son minerales típicos de la zona de oxidación superficial de los yacimientos de cobre y sus sulfuros (como la calcopirita, cuprita, calcosina, pirita, etc.), así como de óxidos y sulfuros de hierro (limonita, por ejemplo) y otros carbonatos y silicatos de cobre (calcantita, auricalcitacrisocola, etc.).

Calcopirita, malaquita y cuarzo (Málaga, España)
 
La azurita frecuentemente sustituye a la malaquita pseudometamórficamente por procesos de hidratación. Las dos son muy apreciadas como piedras ornamentales, a veces incluso como gemas (aunque son blandas para ello, ya que se rayan fácilmente). También se utilizaron mucho en Bellas Artes para la fabricación de pigmentos inorgánicos (para, normalmente, aglutinarlos con aceite de lino -óleo-): vamos, que han sido muy usados desde la Antigüedad. Por aquel entonces, era más económico utilizar azurita (denominado "azul de Alemania", porque los yacimientos más importantes provenían de allí) que lapislázuli (lazurita -mineral muy apreciado como gema y muy abundante en Afganistán-; de ahí su denominación de "azul ultramar"), por ejemplo, aunque la azurita es más inestable ante ciertas condiciones ambientales, tendiendo a ennegrecerse o a verdear (malaquita, la cual es más estable), según le de.

Cristales de cuarzo, malaquita, calcopirita y, posiblemente, tenorita (Málaga, España)

¡Se me olvidaba la etimología qué tanto me fascina! Ya en la Antigüedad, Plinio el Viejo (siglo I d.C.) nombró a la malaquita como "malche", que significa "malva", en alusión al similar color verde de sus hojas. En cuanto a la azurita, su nombre proviene del latín "azurius" a través de la Antigua Persia, donde se le denominaba "lazhward" (que significa "azul"). En la Edad Media se le llamaba vulgarmente como "azul de la montaña" o "azul cobre".

En fin, no me extiendo más, aunque no descarto que en estos días publique más entradas sobre estos temas que tanto me apasionan. Porque, al fin y al cabo, estás son sólo las palabras de un humilde buscador de belleza natural, enamorado de la naturaleza que le rodea, de esa que tantísimo echo de menos en estos días grises y extraños de confinamiento en casa por culpa de la pandemia, de la Gran Belleza (con mayúsculas) de la provincia de Málaga y sus recursos naturales, de su zoología, botánica y, sobre todo y lo que desde pequeño me ha apasionado, de su geología y mineralogía tan interesante y única.

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