miércoles, 27 de noviembre de 2019

Federico García Lorca: "¡Libros, libros...!"

“¡Libros! ¡Libros! He aquí una palabra mágica que equivale a decir: "amor, amor", y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras...".

"...Cuando el insigne escritor ruso Fiódor Dostoyevski, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin, estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita; y pedía socorro en carta a su lejana familia, sólo decía: "¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!". Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua. Pedía libros; es decir, horizontes; es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida..."

"...Ya ha dicho el gran Ramón Menéndez Pidal, uno de los sabios más verdaderos de Europa, que el lema de la República debe ser: "Cultura". Cultura porque sólo a través de ella se puede resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz".

"Medio Pan y un Libro" (septiembre de 1931): el poeta don Federico García Lorca leyó en voz alta este texto al pueblo de Fuente de Vaqueros (Granada), al inaugurar una biblioteca.


Y es que los clásicos, como las imponentes columnas romanas de mármol, lo son porque siempre están vigentes, mantienen su fuerza a pesar del paso del tiempo y nunca envejecen.


¡Saludos y... a leer mucho!

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