domingo, 21 de junio de 2020

Una película: "Desconexión" ("Disconnect", 2012), de Henry Alex Rubin

Una de las mejores películas que he visto en estos últimos años sobre el tema de las "redes antisociales" es esta del director Henry Alex Rubin titulada "Desconexión" ("Disconnect", 2012).


"Disconnect" (2012), de Henry Alex Rubin

Imprescindible y necesaria: creo que deberían verla todos los adolescentes y exhibirse en las asociaciones de padres de colegios e institutos. Inolvidable, dura, magistral y cuidada en todos y cada uno de sus apartados.

El calor humano y la sensibilidad inherente a todos nosotros como personas frente a la frialdad de la imparable revolución tecnológica en esta era digital de la (des)información y del consecuente (y lógico) aislamiento. En teoría, estamos más conectados que nunca antes en la historia y, sin embargo, nos sentimos muchas veces más solos que nunca.

La soledad y la incapacidad creciente de comunicarnos de manera directa y natural. Y es que, detrás de cualquier "avatar", "nickname" o pseudónimo en la red, hay una persona: no lo olvidemos nunca. Respetemos y seamos responsables, sobre todo los que ya somos adultos.

Creo que nunca antes fue tan difícil y complejo ser padre o madre a la hora de educar a los hijos. Internet, bien utilizado, puede ser totalmente maravilloso; sin embargo, su mal uso lo convierte en un entorno asqueroso, una especie de estercolero sucio, cruel, despiadado y sin ley, que en manos de gente sin la formación suficiente y adecuada puede ser letal. Ahí están los datos estadísticos, por ejemplo: el suicidio se mantiene como la primera causa externa de muerte en España (y la tendencia es creciente). En muchos ámbitos no quiere hablar de ello, pues se considera un tema tabú, pero es así y hay que decirlo. Creo que es lo mejor y lo más positivo.

En fin, una película muy, muy recomendable, de las que te hará reflexionar durante muchos días. Como un buen capítulo de la primera etapa de la serie "Black Mirror", aunque yo siempre voy a preferir el Cine a las series de televisión: adoro que me cuenten cualquier historia en noventa minutos (más o menos) y ya está.

Como decía Baltasar Gracián en el siglo XVII:

"Lo breve, si bueno, dos veces bueno".

¡Saludos!

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