martes, 8 de mayo de 2012

"Historias del Libro Negro": sus 10 pasos...

Bueno, ha pasado una semana sin publicar nada por aquí... He pillado un resfriado bestial de primavera (¡los peores que existen!) y aún tengo secuelas... En fin, espero que no vuelva a suceder...


Después me he encontrado un SPAM en BLOGGER llamado www4 [ punto ] savegco [ guión ] antivir [ punto ] com y les he escrito, a ver si tiene solución... Sino pues... Me temo que tendré que emigrar este blog tan bonito a WordPress (el que tengo allí en inglés no me da problemas de ningún tipo...). No me quiero entretener arreglando estas tonterías...


Un amigo me preguntó hoy que cuál es el proceso que sigo para crear las historietas del Libro Negro y me animó que lo publicara, brevemente, en el blog. Así que allá va, para el que le interese.





Lo primero es tener un espacio de trabajo con eso, con espacio. Yo no me puedo quejar: mi mesa es espaciosa (la tengo dividida para manipular pinturas, líquidos peligrosos y tintas, por un lado, y para retoque digital, por otro: es decir, un lado sucio y húmedo, y un lado limpio y seco); puedo trabajar con papeles hasta de formato A3; me entra luz natural por la derecha (soy zurdo) y hay tranquilidad cuando trabajo. ¿Qué más se puede pedir?
Hay que procurar tener cierto orden... O, al menos, saber dónde están todas las cosas entre el barullo de papeles... Una agenda, un Libro Negro, un iPad... Todo vale para organizarse y trazar un plan de tareas.


Segundo: no me lanzo de igual manera al comenzar una historieta de "El Libro Negro" que para realizar una novela gráfica con un guión más largo o que para pintar un lienzo. Los diferentes proyectos tienen su respectiva técnica y hay infinidad de maneras para acometerlos, así que espero que nadie tome esto que escribo al pie de la letra.



Tercero: aconsejo tener siempre a mano una libretilla, un taco de postits, un Libro Negro (¡y dale, qué pesao con el librito de los...!), un trozo de papel y un lápiz o un boli. Nunca sabes cuándo vas a tener una idea y, si surge, hay que apuntarla rápido antes de que se olvide. 





Yo tengo carpetas y carpetas llenas de ideas, guiones, bocetos de diseños de miles de objetos... Algún día (con suerte y tiempo) se llevarán a cabo y verán la luz. Pero, mientras tanto, ahí están, esperando... También tengo pelotillas de papel en los bolsillos de los pantalones: alguna vez que otra he olvidado mirarlos antes de meterlos en la lavadora... ¡¡Aaargh!! ... ¡Glub!  :-(





Cuarto: una vez que tengo claro el guión (para mí es lo más importante), entonces me pongo a hacer bocetos de personajes y demás. También busco fotografías de lugares que me puedan servir de referencia para la historia (Internet es muy buen banco de imágenes, por ejemplo) o salgo a la calle con mi cámara de fotos del siglo XIX (paso mucha vergüenza...; todo el mundo mira el pedazo de trasto que llevo...; ¡claro! ¡Cómo ahora se lleva todo pequeño pues...!). En definitiva, me documento y aboceto la ciudad como Torrente... A mí me sirve cualquier sitio para eso, hasta la hoja de una libretilla, da igual.



Quinto: en el caso de "Las Historias del Libro Negro", me gusta que el resultado final esté muy próximo al segundo o tercer boceto, es decir, que sea lo más natural y fresquito posible. Estas historias son como son, tienen la temática que tienen y creo que lo más indicado es que los dibujos sean muy minimalistas y aniñados, poco trabajados en apariencia.


Sexto: antes del entintado o durante el mismo, suelo cambiar cosas de última hora en los dibujos o en las viñetas, de las cuales compruebo si funcionan por sí solas y también si funcionan en conjunto con las demás. Le doy un poco a la cocorota, es un momento de reflexión importante para procurar anticiparme, un poquito, al resultado final, e intentar verlo mentalmente para que quede en el papel lo más próximo a como uno tiene pensado. Otra cosa es que guste a la gente o no, pero por lo menos... ¡que me guste a mí!  ;-)  
Habréis visto que en estas historietas uso muchos símbolos de exclamación, muchos signos cinéticos, de acción, etc. Es algo que, con el tiempo, iré corrigiendo... Soy consciente de ello, tranquilos... Bajo mi punto de vista, los mejores dibujantes de cómics son los que tienden a expresar muchas cosas con muy pocos recursos narrativos. Pero para eso hay que perfeccionar mucho la técnica. Es lo que aspiro alguna vez conseguir... Pero aún estoy lejos de lograrlo... Con perseverancia... espero lograrlo. Aunque me cuesta muchísimo contenerme.


Séptimo: una vez que están entintadas las viñetas y los dibujos, procedo a colocar el guión definitivo dentro de los bocadillos y jugar un poquito con la tipografía, con el tamaño, el grosor de las letras, etc. Me gusta escribir el texto a mano, queda mejor, más natural, aunque no descarto usar tipografía digital en algunos casos (¡además, es mucho más cómodo!).


Octavo: a veces dejo el texto para el final y realizo primero el sombreado (si decido hacerlo: muchas veces no aplico sombras para que el dibujo sea aún más naïf), aplico tramas (¡me encantan cómo quedan! Es lo que más me gusta de los mangas japoneses  :-)  etcétera.


Noveno: con lo que peor me llevo es con el color. Es lo último que hago siempre. De hecho, las personas cercanas que me conocen saben que tengo problemas para distinguir colores y tenemos grandes discusiones a cerca de si algo es de color gris verdoso o de color gris azulado... ¡Ay, los colores! No soy muy partidario de usarlos (¡adoro el blanco y negro!), pero a veces hay que hacerlo, sobre todo si pienso que puede añadir algo interesante a la estética en conjunto de la página. Eso sí: mi paleta de colores es MUY reducida. Suelo hacerlo digitalmente (es una gozada y es rapidísimo), pero una buena acuarela es mi ideal  :-D

Décimo: intento ser siempre fiel a mí mismo y a mi estilo, tanto en el plano estético (dibujo, color, tipografía, línea imprecisa, etc.) como en el plano temático. Pero sin radicalismos, ya que eso siempre pone barreras delante de los ojos y no es algo bueno para evolucionar, de ninguna de las maneras.

Y ya está. Espero no haberos aburrido con este tocho y si le fuera útil a alguien, pues estaría contentísimo de saberlo. Muchas gracias por leerme. ¡Ciao!

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