Este verano he tenido el tiempo y la fortuna de leer varios libros, entre ellos un clásico de la literatura japonesa titulado “¿Cómo Vives?” (“Kimitachi wa Dou Ikiruka”, 1937), del escritor Genzaburo Yoshino y editado en España por Montena en mayo de 2021 (creo que es una editorial que pertenece al grupo editorial Peguin Random House), y el libro es una auténtica maravilla.
Es de estos textos estilo “El Principito” (“Le Petit Prince”, 1943), de Antoine de Saint-Exupéry, que se suponen que son “infantiles” (entre comillas) o sólo dirigido exclusivamente a público juvenil, pero que en absoluto es así. No obstante, aunque protagonizado por niños y el estilo de carácter infantil de sus ilustraciones, el libro de Genzaburo no tiene ese tono fantástico ni poético que tiene el de Exupéry; al contrario, es una novela en parte semi-epistolar (por el intercambio de "cartas" o apuntes en un cuaderno al final de cada capítulo entre el protagonista -que busca consejo y ayuda- y su sabio tío, que es el que escribe en dicho cuaderno...), es realista; está ambientada en Japón, sí, pero con situaciones cotidianas y naturales con las que nos podemos identificar todos (en oriente y occidente); y que trata de temas tan serios como la pobreza, la valentía, el acoso escolar, de la importancia de aprender de nuestros errores, de conocer qué es lo que está bien y lo que está mal y actuar en consecuencia; trata de la injusticia que impera en este mundo lleno de usureros que ansían poder; trata de cuáles deberían ser nuestros buenos objetivos en la vida, la gran importancia de estudiar y cultivarse, etc.
La importancia de ser persona molécula. Porque todos somos (o deberíamos ser) como moléculas de agua...
Son un tipo de libros que considero recomendables para un posterior debate ético y moral entre profesores y alumnos, por ejemplo, en una clase de colegio o instituto. O, en definitiva, libros ideales para iniciar a personas en la lectura. Porque, a poco que rasques y sepas leer entre líneas, estas novelas tienen un alcance más profundo y filosófico del que pudiera uno pensar a simple vista. Yo diría que son libros que invitan a ejercicios de introspección, a reflexionar, que son necesarios para el alma y para que los seres humanos sigamos luchando para seguir viviendo como tales y no como máquinas dirigidas por los poderosos. Ayudan a centrarnos en las cosas de la vida que son realmente importantes y que efectivamente pueden llegar a hacernos moderadamente felices. Así de importantes los veo.
Como bien dice su contraportada: “un clásico de la literatura japonesa que nos enseña a ver el mundo con otros ojos…”. ¡A mí es un libro que me ha encantado y os lo recomiendo!
Por cierto, y para terminar, el gran maestro Hayao Miyazaki tenía previsto estrenar su versión de este libro en forma de película de animación antes de los Juegos Olímpicos de Tokyo, pero según afirma en una entrevista: “llevamos tres años trabajando en ella, con unas sesenta personas en plantilla, y sólo conseguimos crear unos treinta y siete minutos de película…”. Así que, por lo que parece, me temo que habrá que echarle paciencia y esperar al año 2023, más o menos.
¡Saludos y a disfrutar de un buen libro!
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