sábado, 24 de marzo de 2012

"El Jefe Tika-Tika": proceso creativo (1)

Bueno, en las entradas siguientes del blog voy a explicar un poco, muy por encima para no aburrir al lector, cómo procedí a la hora de llevar a cabo el proyecto de cómic, "El Jefe Tika-Tika".
Bajo mi punto de vista, lo más importante en un cómic (o novela gráfica, como se quiera llamar) es el guión. Creo que, lo más complicado, es escribir un buen guión. Con el tiempo puedes ir perfeccionando la técnica de dibujo, experimentando con diferentes colores, texturas, practicar hasta dar con un estilo visual propio. Pero si no sabes narrar una historia, si no consigues enganchar al lector desde el principio, estás perdido.



Estoy contento, más o menos, del guión que escribí para las noventa y séis páginas de "El Jefe Tika-Tika" pero estoy seguro que, si hubiera contado con más tiempo antes de entregar a concurso, podría haberlo hecho mucho mejor. Uno nunca tiene la sensación de que una obra está realmente terminada. Nunca. Es algo horroroso. Aunque peor aún es caer en el conformismo...


Terminado el guión (o llegada la fecha señalada correspondiente), comencé el proceso de documentación, tanto de imágenes como de Historia, vestuarios, objetos, etc. El argumento se desarrolla en los años 1968, 1979 y 2004, y en lugares como la India, varios sitios de Europa y China, así que tengo una enorme carpeta con fotos, apuntes, bocetos... Sea cual sea tu estilo, documentarse es fundamental. Y se aprenden muchas cosas de camino  ;-)


El cómic está dividido en 8 capítulos y en un principio me percaté de que tenía unos treinta personajes diferentes en la historia, lo cual no es nada aconsejable ya que el lector se puede hacer un lío y perderse. Al final, reduje los personajes principales a tres: Tilak, su hermano Nandak y Jorge, el portugués, uno de los empleados de Tilabira que es la antítesis de Tilak. Y, alrededor de ellos, van surgiendo varios secundarios que van aportando anécdotas y más cuerpo al relato.


Después planifiqué como iba a ir incrustado ese texto a las imágenes del cómic, es decir, realicé bocetos previos de la disposición de las viñetas en una página y su relación con las demás páginas del cómic. Esto lo hice en cualquier papel y medio (usando lápices, bolígrafos...; y en papel de impresora normal de 80 gr., en papel de cuadritos, en libretas varias, en servilletas limpias...; ¡todo vale!), dibujando muy rápido, aunque esta fase requiere un ejercicio de reflexión considerable. 
Una vez que decidí la planificación de cada viñeta en todas las páginas, pasé a dibujar el boceto definitivo (aquí aún se puede hacer alguna modificación de última hora), apretando poco el lápiz. Posteriormente, voy decidí con qué línea del dibujo me quedo finalmente pero, eso sí, me gusta que la línea final mantenga la frescura y el temblor del trazo, es decir, busco una línea imperfecta pero que refleje de manera más o menos precisa lo que el dibujo representa. Esta es la lucha eterna entre realidad y estilo, entre fotografía y dibujo, entre hacer un dibujo hiperrealista (calcado de la realidad) y hacer un dibujo más conceptual o abstracto. Obviamente, me inclino por este último, ya que siento que tiene más alma, es más humano, más estimulante. Siempre me han fascinado las firmas, es algo personal, único, intransferible. Y creo que eso se nota en mi forma de dibujar. No sé si me he explicado bien.


Antes de meterme de lleno a entintar los trazos a lápiz y colorear, hice algunos experimentos antes con algunas páginas y/o viñetas sueltas, para probar colores, la disposición de diferentes elementos, etc. En definitiva, un buen número de decisiones a tomar antes de elaborar nada definitivo.



Por último, para no alargar más esta primera entrada, decir que la elección de la tipografía fue una decisión de última hora (lo último que coloco son los bocadillos) y aunque le da un toque de estilo muy marcado al cómic al final no quedé demasiado contento con el resultado final.
Pero, como ya dije anteriormente, espero haber aprendido de los errores cometidos  :-)