miércoles, 21 de marzo de 2012

¿Por qué tanta bombilla?

Hace poco he publicado mi página personal en Internet y familiares, amigos, conocidos y desconocidos me han hecho alguna que otra pregunta sobre mi obra, con lo cual estoy muy contento, ya que es algo que estimula mucho y te infla un poco el ego para poder seguir trabajando y creando cosas  ;-) 
Un amigo, por ejemplo, me preguntó "¿por qué demonios aparecen tantas bombillas en mis pinturas?" Le contesté que lo explicaría en mi blog en breve... Y ¡voilà! 
Allá voy...



Bueno, resumiendo mucho y para justificarme lo mejor posible sin aburrir con excesiva verborrea, diré que el origen de mi obsesión por la lámpara incandescente se debe a un trabajo de filosofía que tuve que realizar en mi carrera de Bellas Artes en Manchester, hará ya unos 10 años aproximadamente. La tesis (con muchísimo texto; mucho más que imágenes...; ya digo, una tarea de introspección aburridísima pero vital en cualquier proceso creativo) consistió en representar la vida, tema harto pretencioso y difícil y, por tanto, decidí utilizar un cacharro común y vulgar que la mayoría de la gente tuviera en casa. Y a partir de aquí ya todo fue sobre ruedas, es decir, fue un estimulante ejercicio de pareidolia, fenómeno psicológico en el que caemos todos frecuentemente, ¿verdad? 
Por ejemplo, apostaría (poco dinero, eso sí, que la cosa está muy mal) a que todos vemos lo mismo en esta imagen... ¿a qué sí?


Efectivamente, acerté: son unas cajas de cartón en un contenedor de basura.

Creo que, a partir de aquí, poco habría que explicar ya, ¿no? Así, por encima, decir que realicé sesudas comparaciones entre una bombilla y el vientre de una mujer embarazada; decimos cosas como "va a dar a luz" (esto lo tuve que explicar a los profesores ingleses, ya que esta expresión no existe en su idioma), etcétera.


Incluso si seguimos y seguimos filosofando, podemos llegar a la conclusión de que somos como bombillas, es decir, no hablo en el sentido de que unos tenemos más pelo en la cabeza que otros, sino en el sentido de que tenemos una vida útil, la mujer da a luz, nacemos, hay vida mientras hay luz, y un día, de repente, el filamento no da más de sí y nos apagamos.


Utilicé cantidad de técnicas mixtas (lápices, tintas, acuarelas, acrílicos, fotografías...) para realizar una serie de cuadros representando bombillas. O a nosotros mismos. Con los que quedé más contento fueron con aquellos que representaban a la muerte, es decir, los fósiles de bombillas que creé y la experimentación con diferentes texturas, todas ellas muy rocosas, geológicas, minerales, terrosas.

Conociendo mis aficiones, no podía ser de otra manera, claro... Y son las obras más personales que he realizado, sin duda.


Un saludo a todos.