sábado, 31 de marzo de 2012

Historias del Libro Negro: "El Ascensor"

¿Nunca os ha pasado que os habéis montado en un ascensor con alguna persona desconocida y existía un silencio, una tensión rara e incómoda en el ambiente? Es decir, una situación en la que no había nada interesante que decir, o en la que el inicio de la conversación tomaba derroteros más que trillados del estilo "¡Hay qué ver cómo está el tiempo!", o "Qué, a dar un paseito, ¿no?", o "En el buzón sólo recibimos herencias; ¡todo son malditas facturas!", o alguno se ponía a tararear una música que ni el propio tarareador conocía, etcétera. 




Bueno, pues básicamente esa fue la inspiración para escribir y dibujar esta historia, aunque exagerando su desenlace, claro (que para por algo soy andaluz). Además, un ascensor es un espacio que, aunque sea cerrado y mínimo, da juego para muchísimas anécdotas y sucesos.



Esta es la primera historia que voy a publicar sobre el ya citado libro negro, titulada "El Ascensor". La podéis leer pinchando aquí.

Realicé unas cuantas portadas para dicho título y Rocío, mi novia, me ayudó a elegir (¡gracias, tesoro!; no sé qué podría hacer sin tu ayuda  :-)
Además, ella también me ayudó a la hora de decidir si colorear o no. Creo que  fue acertado elegir que las dos páginas fueran al final en blanco y negro, ya que potencia el toque irreal (en el mundo real no existe el blanco y negro: vemos las cosas en color) y espontáneo que tiene.

A continuación os muestro dos de las portadas seleccionadas definitivamente.


Fijaros que en la imagen aparecen tres edificios (haciendo referencia a los tres personajes que aparecen en el cómic) y un objeto-volador-sí-identificado (espero que lo sea; sino leeros las dos páginas y os imaginaréis de qué se trata...; no quiero contar más aquí  ;-) 
También fijaros que, al principio de la historieta, la narración comienza con una viñeta abierta y, en las dos o tres siguientes, se va cerrando la línea (un pequeño detalle para indicar la situación de recinto hermético en el que están los protagonistas y del que no hay escapatoria).


Señalar que con esta historieta estoy mucho más contento que con "El Jefe Tika-Tika" porque es más personal, es decir, reconozco más mi estilo, es más exacto, tanto en temática (la influencia de mi amado Séptimo Arte está ahí, como casi siempre) así como el estilo de dibujo. 

Bueno, ahora voy a traducirla al inglés para mi blog-sitio web en WordPress.

¡Espero que os divierta!
¡Ah! Y recordar la moraleja de este cuento: cuando estéis dentro de un ascensor con un desconocido no haced preguntas cotillas, incómodas o fuera de lo común... A no ser que queráis vacaciones, claro...