miércoles, 22 de abril de 2020

"COVID-19-CÓMIC-20", por Rojocuarzo: cinco

Una de las cosas que más me sorprende (¡y más me horroriza!) es con la alegría que se habla, tanto en los medios de comunicación como entre la clase política, de cifras de muertos. Si hoy han fallecido trescientas personas y ayer fueron cuatrocientas noventa, hay que estar de enhorabuena porque "la puñetera curva se aplana...". ¡Vamos, no me jodas! ¡No comprendo esa falta de sensibilidad de esta supuesta gente seria con traje y corbata! ¿Es que trescientas personas muertas son pocas? Yo intento contar hasta trescientos y me canso... ¿Nadie se para a pensar en la familia y en los amigos de uno sólo de esos fallecidos? Porque, ¿quién sufre más ahora: las personas que ya han muerto o los familiares y amigos que están vivos y lloran sus pérdidas? Si se hubieran hecho y se hicieran las cosas bien, ¿es que tendría que morir alguien en un hospital? 

Una evidencia clara que hemos sacado gracias a esta pandemia mundial es que la prevención salva más vidas que el actuar en último momento e improvisando.

¡Es que estamos vendidos! ¡Es terrorífico y muy triste!

Y, por esto, porque no comprendo nada y me resulta muy indignante, no he podido evitar realizar esta quinta entrega de mi serie gráfica sobre la crisis del coronavirus titulada "Cifras" y que no es más que una reflexión, un grito de angustia ante tanta frialdad:


"Cifras" (abril 2020, de "COVID-19-CÓMIC-20"), por Rojocuarzo

En este trabajo, como expreso mi idea sobre la política y las frías estadísticas, le he puesto más tripas, más corazón, que cabeza, utilizando sólo el blanco y negro porque el tema es muy grave, salvo el color verde veneno del frasquito que representa a la nauseabunda política y que se va hundiendo junto con las cifras, viñeta a viñeta, entre el frío hielo de los números (representados por nieve, por granizo). Y, en la última viñeta, la dura realidad: los fríos y blancos (como el papel) copos de cifras se transforman en blancas tumbas.

Y nada más. 

Hoy voy a ser muy breve porque el médico me ha prohibido hablar de política, ya que toda persona sensata sabe que hablar de ella es un sinsentido que no te lleva a ningún lugar bueno y es muy perjudicial para la salud mental. 

Como hoy me he levantado así, con los pelos de punta y hasta los cojones de tanto falso hablando en radio y televisión, sólo daros unos consejos (ya vosotros decidís si los aceptáis o no, claro...): 

1- No veáis el telediario o, si lo hacéis, no más de 3 ó 4 minutos al día (con los titulares ya vale). Tampoco aconsejo abusar de la lectura de periódicos, redes sociales, etc. Sobre todo, sed selectivos a la hora de elegir vuestras fuentes y huid del exceso de información.

2- De manera regular, escuchad música, leed libros, disfrutad del Cinehaced ejercicio, dibujad, pintadjugad a juegos de mesa, videojuegos o lo que sea... "Mens sana in corpore sano", que decían los antiguos romanos.

3- El más importante de estos consejos es que disfrutéis todo lo que podáis y os dejen de la compañía de la gente que amáis de verdad. Si no hay más remedio que utilizar el teléfono móvil, pues se utiliza, ¡qué le vamos a hacer! Es una emergencia. Pero, si los tenéis cerca, viviendo con vosotros, besadles y abrazadles todos los días.

4- Cuidaos mucho y seguid el sentido común a la hora de la higiene, en la que hay que ser siempre muy estrictos.

5- Y, sobre todo, ¡¡NO HABLÉIS DE POLÍTICA!! Nuestros políticos (a la vista está) no solucionan nada, nuestros problemas siguen ahí; son ignorantes, ambiciosos sin límite que se meten alegremente en terrenos que desconocen con aparente seriedad (tengo amigos y familiares del gremio de la sanidad que durante estos días de confinamiento se están llevando las manos a la cabeza -por decirlo finamente- ante muchas decisiones, muchos datos que se dan, etc.; vamos, un desastre...); son insensibles y de ahí que ámbitos como la sanidad y la educación (¡tan relacionados con nosotros, los ciudadanos de a pie!) estén tan abandonados (esta crisis sanitaria, por ejemplo, los ha puesto en evidencia); para ellos tan sólo somos números, sólo somos votos para que puedan obtener el poder que tanto quieren (no olvidemos que EL PODER provoca adicción...), así que no vale la pena hacerles el menor caso; hablar de política nos separa, provoca confrontación y es algo totalmente absurdo e insalubre. Y ya está, paso olímpicamente de hablar más sobre un tema que me incomoda, me decepciona, me violenta y me da mucho asco.

Así que prometo no crear más viñetas sobre la ignominiosa política y nuestros indignos políticos.

Ya sabemos todos que, cuando existe un problema, somos los ciudadanos de a pie los que realmente nos ayudamos unos a otros. Esto es así, no hay más. Lo demás son tan sólo palabras, palabras y más palabras... y los problemas ahí, sin solucionarse... Así que ayudémonos entre nosotros porque, sino, nadie lo va a hacer (y menos ellos...).

¡Un fuerte abrazo a toda la buena gente que me leéis y ánimo!

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